Auto

Auto

Soy
Un puñado de tierra
Estrujado por divinas falanges
Sumergido en sangre

Mis brazos son ramas
Mis ojos son rocas
Arcilla moldeada de mala gana

Estrellado contra el cimiento
Roto en cien pedazos
Lanzado al fuego

Cenizas que se van con el viento
Regreso a la tierra
Soy uno con ella

Allí no soy nada

Mar

Mar

Pedazos de tu esencia
Permanecen dormidos sobre la almohada

Trozos de tu piel desprendidos
Exhalan tu aroma por las noches

El eco de tus palabras
Aún resuena contra las paredes

Tu voz aún está impregnada
En el pentagrama de los muros

Los trazos de tu piel sobre la mía
Son estelas visibles en la carne

Fosforescentes se encienden
Y arden a través de las arterias

Tus dedos entre los míos
Siguen rozando mis yemas

Los crujidos de tus articulaciones
Siguen haciendo crujir las mías

El peso de tu cuerpo
Presiona contra el mío intermitente

La fuerza de tus brazos
Continúa doblegando mis extremidades

El calor de tu aliento en mi cuello
Me estremece y me embriaga

¿Quién podría creer entonces
Que te marchaste?

Kosma

Kosma

En la inmensidad del cosmos

me bato entre los mundos

ondas estelares emanando de mis poros

El vacío del recipiente estrellado

me colma de su tranquilidad perturbante

silencio absoluto gritando en los rincones

Objeto flotante sin orbita establecida

vago por las galaxias sin ningun motivo

rotaciones sin sentido que se dan por costumbre

Mito

Mito

Donde termina la noche
Se reúnen las aves
Revolotean alrededor del templo
Extienden sus alas sobre las tumbas
Ahí las almas deambulan
Llorando penas antiguas
Pidiendo clemencia divina
Esperando el perdón de sus víctimas
El dolor es eterno
Y la melancolía es inmensa
Las lágrimas se convierten en diamantes
Los recuerdos se vuelven cenizas
Sus ecos retumban en las paredes
Sus gemidos de noche eterna
Sus ojos cegados por la oscuridad
Sus sueños enterrados por el tiempo